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Comprar piezas recicladas para coches se ha convertido en una opción cada vez más elegida por conductores y talleres mecánicos. Esta práctica no solo reduce costos, sino que también ofrece beneficios concretos en términos de sostenibilidad y disponibilidad.
1. Ahorro económico significativo
Las piezas recicladas pueden costar hasta un 70 % menos que las nuevas. Esta diferencia de precio permite a los conductores mantener sus vehículos sin comprometer su presupuesto, especialmente en reparaciones no cubiertas por garantía o seguro.
2. Garantía de funcionalidad y calidad
Las piezas recuperadas por desguaces autorizados pasan por controles técnicos antes de ser comercializadas. Muchas están en excelente estado, procedentes de vehículos siniestrados pero con componentes intactos y operativos.
3. Amplia disponibilidad y compatibilidad
En el mercado de reciclaje automotriz es común encontrar piezas que ya no se fabrican o que tienen tiempos de entrega largos si se piden nuevas. Esto permite mantener vehículos antiguos en funcionamiento sin largos tiempos de espera.
4. Contribución al medio ambiente
Cada pieza reciclada reduce la demanda de fabricación de nuevas, lo que disminuye el consumo de energía, las emisiones de CO₂ y la generación de residuos. Es una forma directa de aplicar principios de economía circular en el sector automotriz.
5. Opción legal y regulada
La venta de piezas recicladas está regulada por normativa europea (como la Directiva 2000/53/CE). Los Centros Autorizados de Tratamiento (CAT) aseguran que las piezas sean desmontadas, revisadas y etiquetadas de forma legal y segura.
Conclusión:
Elegir piezas recicladas es una decisión inteligente tanto desde el punto de vista técnico como económico y ecológico. Es posible mantener un vehículo en óptimas condiciones, reduciendo costes y ayudando al medio ambiente.
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